Mencía de la D.O. Ribeira Sacra, muy cubierto, con nariz atrayente, mucho chocolate, fruta, nos sorprendió un pequeño toque de lácteo, curioso en verdad. En boca es alegre, de paso muy fácil, de estos vinos que te pispias la botella sin enterarte. Es alegre, para tomar entre amigos y divertirte bastante, y de paso beberte unas cuantas cajas pues es en verdad mencía pura gallega, sin aristas y sin astringencias.
Al final este Guímaro 2014 hizo bien la función, gustó a todos los comensales de la mesa, pero no me gusta elegir vino para gente que no conozco, es bastante difícil la verdad, porque casi todo el mundo dice que no entiende, pero luego mete la nariz y la boca y empiezan con lo de no me gusta, está amargo, o eso tan maravilloso de: "Anda si este vino no rasca..." En fin seguiremos sufriendo en momentos como estos, mientras tanto, nosotros damos las gracias a Pedro M. Rodríguez Pérez por elaborar unos vinos a tener muy en cuenta.
Otro vino del que os hemos hablado es su Guímaro Finca Os Capellinos 2011 y fue una pasada (enlace aquí)
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