Donde Dije "Digo"...
Pues debo decir un tímido “Diego”. Y me refiero al licor “pisco” del que afirmé que no era lo mío.
Bien cierto es que sigo prefiriendo para mis libaciones los whiskeys de Escocia y de Irlanda, y cuando llegan las calores veraniegas (pero también en invierno) nada me satisface más andando de copeo que el magnífico gin tonic, pero aquí estoy para reconocer que el pisco también tiene sitio.
Resulta que el 30 de Enero fui a comer con un viejo y querido camarada a “La Mar Brava”, restaurante peruano que ya cité en este blog (el enlace aquí) y que nos sigue pareciendo de lo mejorcito de la oferta gastronómica internacional que podemos disfrutar en Santander y que frecuentamos cuando podemos; y nada más entrar vimos que habían colocado un cartel que anunciaba el “Día Nacional del Pisco”, el 6 de Febrero.
Nos pareció un poco exagerado que un restaurante por bueno que sea organice “Días Nacionales”, pero cuando al poco se lo comentamos a Daniel, el chef , nos afirmó que en Perú tienen un día institucional dedicado a su bebida nacional y que se celebra como si tal cosa.
Me pareció bien, y pensé que por qué España no tiene una fiesta ni parecida a esa. Un –por ejemplo- “Día del Vino” que, si no me equivoco, es nuestra bebida nacional en la que se divulgase la cultura de los vinos españoles y se contase con apoyo institucional y privado para contar sus virtudes y su valor económico para la nación.
¿Tan egoístas son los bodegueros que no se organizan entre todos y todas las zonas vinícolas y denominaciones de origen a una?. ¿Acaso el mamoneo nacionalista campante lo impide?. No lo se. Lo dejo aquí, pero la idea me parece con toda humildad buena.
El chef Daniel es un hombre totalmente enamorado de su cultura nacional, y a poco que trabéis conocimiento y amistad con él os daréis cuenta de que sabe mucho de lo que ama y se apasiona con lo que hace, así que nos improvisó una cata de piscos con los que pretende celebrar su fiesta.
Nos sacó pisco de tres uvas (reconozco que pensaba que ese licor era ancestral e incluso precolombino y mira tu, es de uva), y nos dispusimos a ello.
Resulta que en Perú no se cría vino, y el fruto de las cepas es destilado directamente para aguardiente, y distinguen los licores según la clase de uva de la que procede.
La marca de las botellas era “1615” de la bodega limeña “San Nicolás”, y pudimos catar tres tipos: “Mosto Verde Torontel”, “Italia” y “Acholado”.
Antes que nada debo recordar que mi paladar no es nada del otro jueves, y que me gustaría que “narices” infinitamente más precisas que la mía hiciesen una cata “en serio”. Estas son sólo mis impresiones personales por si a alguien pueden interesar; así que entenderé perfectamente a quien deje de leer aquí y piense: “Ya está éste con sus chorradas”.
El primero, el Torontel, para mi modesto paladar fue el mejor; y es un digno compañero en igualdad de cualquier cordial que se pueda tomar en una sobremesa. Tiene aroma delicado, en el sentido de que no sospechas en la nariz que tiene 42º de “octanaje”, y se siente un agradable sabor y calorcito cuando llega al estómago.
Bueno, de verdad.
El segundo, hecho con una variedad de uva llamada allí “Italia” (?) de la que nunca había oído hablar me resultó más suave aún, incluso flojito. Y con menos aroma agradable.
No obstante, tiene su “aquél” y no se pierde nada probándolo; sobre todo teniendo en cuenta que lo estoy narrando yo.
El tercero, “Acholado”, se me antoja por su nombre el más popular allá, y consiste no en una mezcla de uvas sino de tres licores distintos como producto terminado; cada uno basado en uvas diferentes: “Italia”, Torontel” y “Quebranta” según porcentajes establecidos dependiendo del resultado que se quiera obtener.
Me pareció el más áspero en boca y sentí el “bombazo calórico estomacal” un buen rato hasta que se disiparon los efectos. La graduación es la misma, pero el efecto fue mucho más notable.
No tomamos el famoso “Pisco Sour”, el cóctel nacional; pues he de volver a decir que me parece demasiado dulce y no me va mucho.
Debo decir que, en resumen, me resultó el “Mosto Verde Torontel” un licor agradable y que ha merecido que se coloque en mi pequeño altar de “cosas a beber en sobremesa”.
Os animo a probarlos y ya me diréis los que no tenéis el paladar de madera repujada como yo mismo cómo os ha ido la cata.
NOTA DEL AUTOR: Mi camarada Héctor tuvo a bien fotografiar las botellas para ilustrar el escrito como se hace en este blog, pero dada mi absoluta inutilidad en temas de informática no he sido capaz de incluirlas aquí. Mis respetos a su trabajo y mis disculpas por mi ineptitud.
(Esto va dedicado a Laura y Santiago, dos niños felices y maravillosos).
By Nacho 31/01/2016
Gracias a Hector por mandarnos las fotos, un fuerte abrazo amigo y a ver cuando compartimos momentos otra vez.
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